Los Cartagineses

LA LLEGADA DE LOS PUEBLOS COLONIZADORES

INTRODUCCION:

A principios del primer milenio a.C., grupos de pueblos indoeuropeos penetraron por los pirineos y se asentaron en el norte peninsular y en la meseta. También fenicios, griegos y cartaginenses, procedentes del Mediterráneo oriental llegaron a las costas Este y Sur de la península donde fundaron algunas colonias.

LOS CARTAGINENSES:

En su expansión por el mar Mediterráneo, los fenicios habían creado en el norte de África la colonia de Cartago. A partir del siglo VI a.C., cuando fenicia fue ocupada por los asirios, los cartaginenses se hicieron con el control de las antiguas colonias fenicias. En la península ibérica ocuparon muchas colonias del sur y también Ibusim (IBIZA)
Interesados en el dominio del comercio Mediterráneo desde ibusim los cartaginenses cerraron el paso de los griegos hacia el sur, obligándoles a concentrar sus colonias y actividades comerciales en el nordeste peninsular.
Mas tarde en el siglo III a.C., los cartaginenses decidieron conquistar militarmente el sur peninsular y el general Amílicar Barca desembarcó en Gadir en el año 238 a.C.
Poco tiempo después, Amílicar Barca fundo la ciudad de Cartago nova (227 a.C.) que se convertirá en el principal enclave cartaginés en la Península Ibérica.

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HISTORIA DE CARTAGO:

Cartago fue una importante ciudad de la Antigüedad, fundada por los fenicios procedentes de Tiro en un enclave costero del norte de África, a 17 km de la actual ciudad de Túnez. Existen numerosas fechas expuestas por los historiadores clásicos sobre la fecha fundacional de Cartago La leyenda clásica sobre la fundiación de Cartago cuenta que fue la princesa Dido quien la fundó en el año 814 a. C. El consenso actual es afirmar que la ciudad fue fundada entre los años 825 y 820 a. C. Tras la decadencia de Tiro, Cartago desarrolló un gran Estado, de carácter republicano con ciertas características monárquicas o de tiranía, que evolucionó a un sistema plenamente republicano. Los territorios controlados por Cartago la convirtieron en la capital de una próspera república, viéndose enriquecida por los recursos provenientes de todo el Mediterráneo occidental. Cartago fue durante mucho tiempo una ciudad más próspera y rica que Roma. Durante su apogeo llegó a tener 400 000 habitantes, edificios de hasta siete pisos de altura, un sistema de alcantarillado unificado y docenas de baños públicos. La República cartaginesa se enfrentó a la República romana; en las Guerras Púnicas, por la hegemonía en el Mediterráneo occidental, siendo derrotada totalmente en el 146 a. C., lo que supuso la desaparición del Estado cartaginés y la destrucción de la ciudad de Cartago. En el 29 a. C. Octavio fundó en el mismo lugar una colonia romana (Colonia Iulia Concordia Carthago), que se convirtió en la capital de la provincia romana de África, una de las zonas productoras de cereales más importantes del imperio. Su puerto fue vital para la exportación de trigo africano hacia Roma. La ciudad llegó a ser la segunda en importancia del Imperio con 400 000 habitantes. En el año 425, los vándalos conquistaron Cartago durante el reinado del rey Genserico y la convirtieron en la capital de su nuevo reino. La ciudad fue reconquistada por el general bizantino Belisario en el año 534, permaneciendo bajo influencia bizantina hasta el 705.

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LEYENDA DE CARTAGO:

Según la leyenda que ha sido adulterada por algunos escritores clásicos latinos, Cartago fue fundada en el 814 a. C. por la princesa Dido, hermana de Pigmalión, rey de Tiro. Éste, que ambicionaba el tesoro de Siqueo, esposo de Dido, la obligó a que le revelase la ubicación de dichas riquezas. Dido engañó a Pigmalión indicándole un falso lugar y éste primero asesinó a Siqueo y después buscó la fortuna, mientras Dido lo desenterraba y huía con el tesoro y sus seguidores. Embarcó y navegó hasta llegar a la región habitada por los libios, donde solicitó al rey local tierras para fundar una ciudad pero, reacio a la intrusión, solo le concedió el terreno ocupado por una piel de toro. Dido, mujer ingeniosa, cortó la piel en finísimas tiras y así delimitó una gran extensión e hizo construir una fortaleza llamada Birsa, que más tarde se convirtió en la ciudad de Cartago.
Cuando Troya cayó en poder de los aqueos, Afrodita dijo a su hijo Eneas, uno de los caudillos del ejército troyano, que huy era de la ciudad y no muriera como un buen troyano, pues Troya ya no existía y para él se había reservado otro futuro. Tras varias escalas, llegó a Cartago, donde la reina Dido se enamoró locamente de él, permaneciendo largo tiempo juntos. Pero Eneas recibió de Júpiter la misión de fundar un nuevo pueblo, debiendo partir a su destino. La noche que Eneas embarcó con su gente, Dido corrió a convencerle para que no partiera, sin que Eneas mostrara la más mínima duda sobre su marcha. Dido, tras verle partir, ordenó levantar una gigantesca pira donde mandó quemar todas las pertenencias de Eneas. Al amanecer subió a la pira y, tras condenar a Eneas y a todos sus descendientes, hundió en el pecho la espada de Eneas y se arrojó al fuego. Según la tradición, Rómulo y Remo son descendientes de Eneas por medio de su madre, Rea Silvia, siendo Eneas el progenitor del pueblo romano. En su muerte, Dido condenó no sólo a su amante, sino a todos los romanos.

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