LAS COLONIZACIONES GRIEGAS
Entre los siglos VIII y VI a.C., numerosos habitantes emigraron a diferentes lugares de las costas mediterráneas y del mar Negro. Muchos eran ya conocidos por los comerciantes griegos que recorrían las costas en busca de productos, especialmente metales.
Muchos campesinos vivían en la miseria y la posibilidad de ser esclavizados por deudas obligó a muchos griegos a emigrar.
Las nuevas ciudades que fundaron en sus destinos se construyeron siguiendo el modelo de sus ciudades de origen metrópolis.
Los gobiernos de las polis griegas fomentaron estas migraciones porque representaban numerosas ventajas para las ciudades:
ofrecía posibilidades de asentamiento y trabajo a los desocupados y la construcción de barcos constituía una importante fuente de ingresos.
Entre los siglos VIII-VI a.C., algunos griegos procedentes de Focea fundaron colonias en la costa mediterránea, como emporion o Mainake.
Estos colonizadores establecieron relaciones comerciales con los pueblos indígenas, incluso con Tartessos, e introdujeron el uso de la moneda en sus intercambios
Se pueden distinguir dos sociedades en la colonización griega.
«Colonización protohistórica»:
la que se produjo en los primeros siglos del primer milenio a. C. Ante la presión ejercida desde la Grecia continental por el avance migratorio desde el norte de la Península Balcánica de pueblos indoeuropeos, elementos griegos de la península helénica se establecieron en las costas de Anatolia.
Testimonios indirectos de este periodo se encuentran en la repartición dialectal y en la tradición mitográfica y mitológica.
«Colonización histórica» o «segunda colonización» o simplemente «colonización»: la expansión de los griegos por todo el Mediterráneo durante los siglos VIII al siglo VI a. C., y con menor frecuencia en el V a. C.